
La nueva película de Brad Bird es, sin duda, de lo mejor que se ha hecho en este género desde que se impuso la técnica de las 3D y, aunque como siempre ocurre en este estilo, el resultado es más realista de lo que a mi me gustaría, los diseños de personajes son de la marca Bird. Todo en la peli desde el concepto hasta las caras de los protagonistas recuerda un poco a un estilo de animación más tradicional, basado en ideas más sencillas desarrolladas de manera elegante y sin tener que recurrir a chistes sobre temas de moda o gracietas para los más pequeños.
Quizá incluso Bird se toma el tema demasiado en serio y le sale una peli en la que hay hasta reflexiones más o menos profundas que rara vez se ven en el cine de animación y a lo mejor, quizá, podrían haberse incluído más bromas, aunque eso sí, dentro del buen gusto imperante en la película. Esa era la frase promocional "Una comedia con buen gusto" y por una vez no es un engaño publicitario sino la mejor definición que se le puede hacer. Es destacable sobre todo la resolución y final del filme, que hace que uno salga contento y esperanzado del cine.
Mención aparte para la banda sonora de Michael Giacchino, que ya hizo un estupendo trabajo en Los Increíbles.
Firme candidata para los Oscar de este año y merecedora del premio, a no ser que la popularidad de los Simpson interfiera o que algo como Persépolis sorprenda a propios y extraños.
Ahí arriba un bocetillo rápido sobre un chiste que se me ocurrió al día siguiente de ver la película.
Comments
Yo creo que películas como ésta están destinadas más a los niños que llevamos dentro que a los que pasean su infancia al ritmo del calendario actual. Hace falta ser muy niño para apreciarla en todo su esplendor y a su vez hace falta multiplicarles la edad a los de verdad para que no se te escape nada. Y merece la pena no dejarse nada en el tintero, ya lo creo. Maravillosa técnicamente, el 3D más humanizado de siempre; la película de animación con mejores colores en los mejores momentos que ha visto nunca; narración suave como la seda (a veces ralentizada para los más pequeños), sencilla y exquisita como el ratatouille de mini cheff que, por cierto, apetece.
En esta coincidimos Rober, era difícil lo contrario. En cuanto vea Los Simpsons hablamos otra vez.
Un saludo :-)