Mike Wazowski es mi personaje favorito de Pixar. Sí, ya sé que puede parecer una elección algo extraña. Después de todo en la propia "Monstruos S.A". hay un personaje especialmente memorable en su animación y carácter, que propicia los momentos más emotivos de la cinta y esa es Boo, la niña humana (que podría ser mi segundo personaje favorito). Pero Mike reúne todas las características que le pido a un personaje de animación, al menos uno cómico. Y es que, aparte de que me haga reír, sea un personaje definido, con unas características peculiares. Y vaya si es un personaje peculiar.
Su diseño no es excesivamente original pero resulta
carismático. Lo que hace a un personaje es su personalidad más que su aspecto.
Como decía Tex Avery, “Bugs Bunny podría haber sido un pájaro”. Y parece que
sabemos de Mike más que de muchos otros personajes de Pixar. Es un neurótico,
un maniático del control, un eterno optimista –“¡He salido en la tele!” grita
emocionado cuando el logotipo de su empresa le tapa la cara en un anuncio-, un
cómico a su pesar...o intencionadamente, según el momento, admira a su amigo y
a los asustadores y le gusta mucho conducir. Tiene una faceta de seductor con
su chica, Celia, y aunque se hace más el duro que Sully al conocer a Boo,
también es bastante tierno. Además se llama Mike y se apellida Wazowski. Un
nombre bastante peculiar para un monstruo. No estoy seguro, pero puede que
buscaran darle un toque judío.
Doce años después de “Monstruos S.A.” llega a nuestros cines
su precuela en un momento en el que la hegemonía de Pixar en el campo de la
animación empieza a ponerse en entredicho. Hubo a quien no le gustó “Brave”,
una película con fallos-como casi todas, las de Pixar y las de los demás- pero
bastante incomprendida y a la que enseguida se le buscó la excusa de que había
tenidos problemas en producción, cuando no resulta tan evidente que estos sean
la causa del conjunto final. Más floja fue “Cars 2” que sin ser del todo una
mala película se sustentaba principalmente en un personaje algo cargante y en
un mundo que nunca fue muy atractivo para empezar, el de los coches parlantes,
todo ello en una trama correcta pero demasiado complicada para niños, a la vez
adornada con un humor poco atractivo para los adultos. El que suscribe observó
algunos problemas de repetición de fórmula en “Toy Story 3”, pero casi nadie
más pareció estar de acuerdo.
“Monstruos University” se presentaba como una película muy
divertida pero también, para algunos, algo irrelevante, como suelen serlo a
menudo las precuelas (y bastantes secuelas) y adscrita a un subgénero que no
suele obtener el respaldo de la crítica, la comedia universitaria yanqui. A mi
se me presentaba como un filme innecesario pero con suerte tremendamente
gracioso que quizá no estropearía mucho la reputación del original al no hacer
nada demasiado radical como ‘envejecer’ a Boo y convertirla en una
preadolescente , movimiento que además de parecerse a Toy Story 3, habría
arruinado seguramente al personaje de Boo.
Si “Monstruos S.A.” era-quizá- la película de Sully (es él
el que entabla la relación más profunda y emotiva con la niña), “Monstruos
University” es la película de Mike. En ausencia de Boo, y de una historia de
amistad ‘paternal’, los autores del filme han decidido convertir al pequeño
cíclope verde en el centro dramático de la cinta. Y eso supone, a la vez, el
mayor disfrute y el mayor problema de la cinta, en mi modesta opinión.
A veces los personajes están diseñados para ser secundarios
y puede ser un movimiento peliagudo convertirlos en principales. Pero esto no
representa un gran problema para mi si consigues conservar intacta la
personalidad de dicho personaje. La cuestión es cuando intentas darle un
carácter en teoría más complejo a un personaje sencillo. Cuando digo esto no pretendo
contradecirme con respecto al comienzo de mi comentario. Mike es un personaje
con bastantes características que lo definen y por tanto funciona cómicamente,
pero no es tanto un personaje dramático.
Claro que ¿es necesario que una comedia incluya drama para
ser memorable? Sí, en opinión de Pixar, no en la de que esto escribe.
“Cazafantasmas” es una película memorable y con argumento en la que no sucede
nada dramático en el sentido ‘emotivo’ del término, obviamente suceden hechos
peligrosos, e incluso hay una pequeña historia de amor y momentos de terror “en
serio” (las gárgolas), pero casi todo se sustenta en los gags. Aún así el guión
está solidamente construido y va in crescendo (en ese sentido su estructura no
tiene nada que ver con el de las comedias animadas de Dreamworks o BlueSky). E
incluso los personajes pasan de ser unos buscavidas caraduras a altruistas
salvadores de Nueva York pero no existe una escena emotiva que nos lo
puntualice.
Es posible que “Monstruos University” hubiese parecido demasiado
‘superficial’ de centrarse sólo en bromas, novatadas, fraternidades u otros
tópicos del cine estudiantil norteamericano. Y , después de todo, algunas de
las mejores películas del género, como las de John Hughes, incluyen una buena
cantidad de drama. Pero otras también funcionan por el mero despiporre. La
cinta de Pixar mezcla un poco de las dos cosas , es bastante divertida,
hilarante en ocasiones-aunque en conjunto es menos graciosa que la original-
pero también contiene un mensaje con el que más o menos todos nos podemos
identificar. La mezcla funciona bien, pero no tan bien como en otras películas
de Pixar. Desde luego lo hace muchísimo mejor que Cars 2, donde la amistad de
Rayo y Mate era muy poco relevante para la trama...aunque tampoco tendría por
qué serlo.
Volviendo a Mike, el filme se centra principalmente en su
faceta de eterno optimista. Algo que suele funcionar en un personaje perdedor
(pienso en ese optimista-pesimista que es Charlie Brown) y en su fanática
admiración hacia el mundo de los asustadores. Su sueño es convertirse en uno de
ellos y con este objetivo acude a estudiar a una prestigiosa universidad. Un
magnífico e hilarante prólogo con un adorable Mike en versión infantil nos pone
en situación sobre el tema.
Sin embargo en esa primera escena hay algo que no me cuadra.
Escapándose de la supervisión de su profesora Mike se cuela en la habitación de
una niña mientras uno de los asustadores hace su trabajo , para ver más de
cerca la acción. ¿Es este el mismo Mike que entra en pánico cada vez que ve a
Boo? ¿Qué se rocía un spray en su propio ojo en un vano intento de defenderse?
Su optimismo y su fanatismo se han comido aquí a su parte neurótica y en cierto
modo cobarde, defectos que mostraba en la película original.
Supongo que al tratarse de una precuela y de un Mike joven
no se trata exactamente del mismo personaje. Este es más ingenuo e
inseguro-otro aspecto que no aparece con frecuencia es su lado bromista , sus
respuestas rápidas ante una provocación- pero también puede tratarse del típico
problema a la hora de convertir a un personaje cómico en protagonista...que de
algún modo se vuelve más...estándar.
Es algo muy difícil de manejar. De forma similar a lo que
antes comentaba sobre las comedias y su contenido de drama, hay otra corriente
de opinión, con la que también discrepo, que afirma que para empatizar con un
personaje tenemos que conocer sus sueños, sus motivaciones y sentimientos.
Según esta corriente si Bugs Bunny o Speedy Gonzales llegaran a protagonizar
una película por si solos (y no algo como Space Jam, donde su protagonismo es
muy compartido) sería obligado ponerles una meta e incluso introducir un
momento emotivo donde se les viera tristes por no conseguirla, algo que
seguramente los haría más parecidos a cualquier otro personaje animado que
mostrarlos tal y como eran...a menos que se acertara plenamente con aquello que
les define como personajes. En todo caso las comedias de los hermanos Marx o
las de los Monty Python nos demuestran que no es necesario que un personaje sea
emotivo para que nos divirtamos con ellos durante hora y media y nos resulten carismáticos.
Ni siquiera pretendo insinuar que el dramatismo de
“Monstruos University” esté mal hecho, sólo planteo que se puede hacer de otra forma,
que se pueden hacer comedias puras en animación sin ningún tipo de complejo
(“Astérix y las doce pruebas”) y que se pueden conservar las peculiaridades de
los personajes aunque estos sean los protagonistas. Pareciera que si un
personaje tiene algún defecto (ser un perdedor) este debe ser compensado por
una serie de valores positivos (optimismo y valentía), cuando perfectamente
puede ser un cobarde o cosas peores. Incluso en un filme para niños, siempre
que no tengamos un asesino en serie por protagonista, no creo necesario que los
personajes humorísticos deban transmitir, necesariamente, valores morales.
Tampoco quiero decir con esto que un personaje cómico tenga que ser superficial
o no pueda mostrar nunca sus sentimientos. De hecho a veces es preferible un
personaje de este tipo como protagonista a los arquetípicos príncipes y
princesas de Disney, mucho más aburridos, y reducir a los animalillos o
criaturas a secundarios chistosos, si bien puede funcionar, a veces también los
convierte en personajes forzados y/o cargantes por chocar con el estilo general
de la cinta.
Hacia el final de la película hay otra escena en la que Mike
da buena muestra de su valentía. Hay aspectos del mensaje final que sin duda
tienen cierta resonancia y resultan originales por no ser especialmente
triunfalistas. Pero podría haberse aprovechado la situación para dejar
traumatizado al personaje y ver cómo eso hace que empiece a tener más miedo a
los niños humanos. Porque , con las situaciones que viven Sully y Mike en esta
película, parece que se pierde algo de la ‘magia’ del miedo atroz que los
monstruos les tienen en el primer filme.
“Monstruos S.A.” era un filme de personajes que tenia un
gran universo, fantásticos gags y un buen toque emotivo, pero a veces fallaba en su guión (la mitad de él es una sucesión
de persecuciones, destierros y planes imprecisos de los malvados). En ese
sentido “Monstruos University” está casi más inteligentemente estructurada,
además de añadir sus propios personajes secundarios realmente logrados como los
compañeros de Ozma Kappa, pero a veces descansa un poco demasiado en esa faceta
de las precuelas de sorprender con un cambio de dinámica (los personajes son
amigos pero antes se odiaban) o de carácter (eran más jóvenes e inexpertos) que
no tienen por qué ser necesariamente lo más adecuado (algo de esto había también
en “X Men:Primera Generación”).
Con todo , si esto es lo peor que puedo decir de la película,
significa que no está tan mal. De hecho no lo está en absoluto y la recomiendo
para todo aquel que quiera pasar un rato francamente divertido y quiera
reunirse de nuevo con estos personajes. Simplemente su cuidado guión no
consigue ocultar, pese a todos sus esfuerzos, que el regreso de estos
personajes es antes una maniobra de marketing que un argumento que fuera
necesario explicar.
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